Iniciamos la ruta el sábado 19 de abril encontrándonos a las 10 de la mañana, los que salíamos desde Barcelona, en el Área de Servicio “Porta de Barcelona” en la AP2 para coger dirección Zaragoza.
Teníamos el restaurante para comer en Borja, y allí se reunieron con nosotros 3 Porsche más, uno de ellos de Valencia. En “Los Jardines del Plaza” nos habían montado una mesa en un salón exclusivo para nosotros y después de un buen almuerzo y sobremesa, reemprendimos la marcha por la N122 hasta Soria, donde, antes de ir al Parador donde nos íbamos a alojar, hicimos una parada en el claustro de San Juan de Duero, una maravilla del románico del s.XIII, ya no solo del país, sino de todo Occidente.
Saliendo de allí, nos dirigimos al Parador (tiene unas magníficas vistas sobre la ciudad) para encontrarnos con un socio que venía de Madrid y otro de Gijón y disponernos para el alojamiento.
Antes de la cena, un grupo, dimos un paseo por la población de la que se enamoraron los poetas Bécquer, Machado y Gerardo Diego entre muchos. Visitamos la que iglesia de Santo Domingo, Concatedral de San Pedro, Palacio de los Condes de Gomara y paseamos por varias calles.
Cenamos en el Parador y a la mañana siguiente, con un frío invernal, pero un sol espléndido, después de un buen desayuno, cogimos los Porsche para dirigirnos al Cañon del Rio Lobos por unas carreteras y unos paisajes preciosos. Hicimos una parada y muchas fotos en el mirador, para luego bajar al rio, estacionar los vehículos en un área reservada y hacer una breve caminata hasta llegar a la ermita de San Bartolomé, hermoso paraje donde la naturaleza se integra con la obra humana resaltando la belleza de ambas, lugar que fue ideal para el retiro místico de los templarios.
Regresamos a los coches y de allí a San Esteban de Gormaz, para almorzar en el “Convento de San Esteban”, donde nos tenían reservado un salón de banquetes para guardar los coches. El almuerzo fue exquisito, la sobremesa también y de allí nos dirigimos al Burgo de Osma para visitar la catedral y recorrer la calle porticada. Saliendo de allí nos dirigimos a la ermita de San Baudel de Berlanga, donde ya nos estaban esperando para visitar la ermita mozárabe, de nave única, construida en el s.XI que nos dejó a todos maravillados.
La ruta por esas carreteras secundarias fue deliciosa, teniendo ocasión de disfrutar de la vista del paisaje y de los pueblos que íbamos cruzando hasta llegar a Sigüenza y alojarnos en el Parador. Nos tenían reservado el patio de armas para aparcar los Porsche. Llegamos casi con el tiempo justo para ir a cenar al restaurante “Calle Mayor”, disfrutando, como siempre, de una deliciosa, cena, compañía y sobremesa.
Amaneció el domingo, también muy frío pero con un bonito sol y aunque alguno de los socios ya tuvo que regresar a su casa, los demás nos acercamos a la catedral Santa María de Sigüenza para visitar la tumba del Doncel, la sacristía y el claustro, catedral que se empezó a construir en el s.XII aunque que se alargó hasta el s.XV.
Saliendo de allí, nos dirigimos por unas carreteras comarcales, disfrutando de las curvas y del paisaje, hasta llegar a Medinaceli, cuyo casco histórico está declarado “bien de interés cultural”. Vimos su arco romano, único de tres arcadas que ser conserva en España, el castillo, la Colegiata de Nª Señora de la Asunción que venera al Cristo de Medinaceli y paseamos por las calles hasta llegar a la plaza Mayor entrando en el Palacio Ducal, renacentista, que fue la Casa de los Medinaceli. Para terminar la visita a la población y los magníficos tres días de ruta, nos acercamos al convento de Santa Isabel de las clarisas y nos despedimos para regresar cada uno a su lugar de origen.
Una parte del grupo, de camino a Barcelona, teníamos reserva en el restaurante Rausan, a la salida de Zaragoza, en donde, como otras veces, nos atendieron magníficamente, tanto a nosotros como a nuestros Porsche que tenían un reservado exclusivo. Así pusimos fin a la excursión.